Una artrocentesis es un procedimiento médico que implica la extracción de líquido de una articulación con una aguja.

Las razones para hacer una artrocentesis pueden incluir aliviar el dolor o la inflamación en la articulación, diagnosticar una enfermedad articular o evaluar la eficacia de un tratamiento.

El procedimiento de artrocentesis suele durar entre 15 y 30 minutos.

Después de una artrocentesis, se puede experimentar dolor, hinchazón y/o sensibilidad en la articulación tratada. Se debe aplicar hielo en la zona afectada para reducir la inflamación y el dolor, y se debe mantener la articulación en reposo por un tiempo.

Sí, es normal tener algo de dolor o molestia después de una artrocentesis. Sin embargo, si el dolor es severo o persistente, o si se experimenta fiebre, enrojecimiento o hinchazón severa, es importante buscar atención médica.

El tiempo de recuperación después de una artrocentesis puede variar dependiendo de la gravedad de la afección subyacente y del tratamiento que se requiera. En general, se puede esperar una recuperación completa dentro de unas pocas semanas.

Como con cualquier procedimiento médico, existen riesgos asociados con la artrocentesis. Los posibles riesgos incluyen infección, sangrado, daño a los nervios y/o a los tejidos circundantes, y una reacción alérgica al anestésico local.

Es posible que se necesiten controles médicos después de una artrocentesis, especialmente si se han extraído muestras de líquido para pruebas. Es importante seguir las instrucciones del médico sobre los cuidados posteriores y programar cualquier seguimiento necesario